En la medida en que nos entregamos a la práctica de yoga, nos damos cuenta del poder de la palabra y de su potencial para influir tanto nuestro estado interno como sobre nuestra realidad externa. “Matrika Shakti” es un concepto sánskrito que nos remite al poder de la vibración que existe en todo y que nos recuerda como podemos gestar nuestra propia realidad. Las palabras son la vibración de nuestra vida cotidiana y, en general, la comunicación verbal nos ofrece un portal para cambiar el contexto de nuestra propia existencia.
La manera en que nos comunicamos externamente con los demás e internamente con nosotros sirve como un espejo para reflejarnos. El diálogo interno y el externo están profundamente ligados.
Tengamos cautela con los “contra-mantras“, ya que pueden convertirse en los cimientos de nuestra realidad cotidiana. Si aquello que nos decimos a nosotros mismos se vuelve cada vez más negativo, poco amoroso y carente de confianza, nuestra vida externa empieza a reflejarlo. Eso mismo sucede con aquello a lo que nos exponemos a través de la escucha. Pudiera crearse un ciclo vicioso que nos conduce a dudar de nuestra valía, falta de interés en la vida, e incapacidad para acceder a nuestro potencial pleno. A veces esto puede ocurrir a niveles muy sutiles, tanto que no nos damos cuenta de que esta sucediendo, a menos que afinemos nuestra observación para darnos cuenta. Afortunadamente hoy comprendemos la plasticidad del cerebro, el cuerpo y las células, y sabemos que podemos desarrollar nuevos patrones neuronales, por medio de aportar nueva información al cuerpo y a la mente
Sé consciente de introducir en tu vida un diálogo renovado e interacciones que consistan en una vibración afirmativa, de tal modo que puedas alinearte con tus deseos y fortalecer la motivación de servir al mundo y a ti mismo.
Las palabras nos dan el poder de comunicar nuestra experiencia de vida, permitiéndonos compartir emociones, sensaciones y estados internos. Es a través del lenguaje que podemos compartir la alegría, invocar emociones en el otro, y recrearnos permanentemente.
Los recursos para concientizar este aspecto de la comunicación son:
- Observar las afirmaciones que realizas desde el “yo”.
- Acceder a una escucha reflexiva.
- Desarrollar habilidades de contemplación.
- Practicar meditación.
- Cultivar periodos de silencio.
- Desarrollar una comunicación no violenta.
- Expresar lo que sientes, sin que esto represente un juicio o acusación hacia el otro.
Y, como maestro de yoga:
- Utilizar un lenguaje que invita, sugiere y propone.
- Desarrollar temas de clase que surjan como contemplaciones enfocadas.
- Buscar fuentes de inspiración filosófica que te permitan entretejer estos temas con la práctica de asanas.
- Ceder la autoridad sobre su práctica a tus alumnos y permitirte ser una fuente de inspiración mas que en una autoridad.
- Inspirar y motivar.
- Aporta información que invite a tus estudiantes a crecer y a florecer como personas integras, capaces de ser yoguis mas allá del tapete.