Somos el Cosmos que ha evolucionado a través de nuestro”

Richard Tarnas

Solo si despertamos a nuestro propio Cosmos podremos escuchar el llamado de la paz, podremos darnos cuenta que nuestro Ser-Sabiduría nos pide que invitemos a nuestra esencia a descubrir la soberanía de la naturaleza en nuestra vida individual y colectiva, al tiempo que se devela ese impulso, en el día a día, en cada pensamiento, en cada decisión.

Ya no podemos vivir la vida desde una perspectiva lineal, solo podremos ver los significados si nosotros entramos en sincronía con el Universo que reside adentro de nosotros y aprendemos a leer los arquetipos.

Solo cuando empecemos a tejernos en una relación vinculante con la existencia, nuestra vida será mucho mas significativa.

Ya no es válida la mirada mecanicista, pues tenemos que tener fé en nosotros mismos, dejar de ser testigos y asumir nuestra propia participación.

Cada uno de tus gestos y cada uno de tus actos puede convertirse en una fuerza que favorece la vida.

¿Que haces tú para crecer en discernimiento? ¿Qué haces tú para disolver la mirada polarizante? ¿Te dejas guiar por una actitud moral cuando te involucras en las conversaciones con los demás?

La energía evolutiva de nuestra era es profundamente inesperada. La fuerza del cambio y de la innovación se precipita sobre nosotros.

En lugar de aferrarnos al pasado, dejemos que este nos sostenga como una columna fuerte y flexible a la vez, que te apuntale frente a tantas circunstancias que amenazan con colapsarse.

Seamos puentes de conexión. Renovemos nuestra fuerza para que en lugar de oponernos, dejemos que la vida pase a través de nosotros, que nuestra participación sea empática, creativa e incluyente.

A pesar del gran dolor, veamos con entusiasmo el cambio y busquemos estrategias de sostén. Sigue a tu propia respiración para que te traslade hacia el centro luminoso que habita en ti.

Estamos viendo nacer el poder de la gente, en medio de mucho dolor humano, y al mismo tiempo, empezamos a vislumbrar la pérdida de sentido de los líderes autoritarios.

Apostemos a la conexión humana, a través de grupos de sostén. Formemos una red sanadora para que nos sintonicemos dentro de una auténtica frecuencia de conexión.