El máximo milagro del Homo Sapiens es reconocer que nacimos desvalidos, que de no ser protegidos y cuidados por otros seres humanos, seríamos víctimas potenciales del entorno y de la naturaleza misma.
Nuestro cuerpo conoce, desde una experiencia somática muy real, ese estado de indefensión y, por lo tanto la necesidad inherente de contención. Una contención que, ya sea que la hayamos recibido plenamente o no, debemos refrendarla continuamente a partir de nosotros mismos.
A la vez, en nosotros reside esa fuerza de la vida lista para despertar a la plenitud, ese anhelo de ir hacia la luz como una fuerza que nos lleva a explorar la vida, a construir nuestra identidad, a confiar en nosotros.
Cuando comprendemos que la construcción de nuestra personalidad no radica solo en esa faceta de nosotros que es vista y evaluada por los demás, sino en una fuerza de auto-contención y de sostén para enfrentar los retos de la vida, tanto físicos, como emocionales y sociales, podemos dimensionar el papel de verdaderamente vivir “desde y en el cuerpo”.
El sentido original del yoga comprendía darle al cuerpo las condiciones y la resiliencia necesaria para la vida, la fuerza, la salud y la resistencia para la sobrevivencia, poniendo menos importancia en la apariencia corporal que en la necesidad de desarrollar y mantener nuestra Vitalidad Somática.
Nuestro lenguaje primordial reside en el cuerpo, en las sensaciones y en el sentir del mismo. Cuando comprendemos que el lenguaje sensorial antecede al lenguaje verbal, podremos dar a nuestro cuerpo y a su movilidad un papel predominante.
Hoy, en pleno Siglo XXI, debemos plantearnos si vivir bien es lo mismo que vivir mucho. Podemos empezar a reconocer la necesidad de resiliencia, fuerza y regulación que necesitamos tener para sobrevivir a los nuevos retos que nos plantea la vida contemporánea y la propia evolución del planeta.
Vivir plenamente comprende seguir teniendo acceso a la capacidad expresiva de nuestro cuerpo, es decir, saber colaborar con nosotros mismos en poder estar libres de enfermedades crónicas, o limitantes, continuamente colaborar con nuestra propia evolución.
La salud está fundamentalmente relacionada con nuestra capacidad para adaptarnos a diversos cambios, incluidos hoy en día los cambios climáticos, a adaptaciones mayores como lo son las distintas etapas de la vida, y sus demandas.
No en vano podemos apreciar la creciente industria del bienestar (wellness), ofreciéndonos diversas panaceas para incrementar nuestro periodo de vida o nuestro sentido de comodidad; sin embargo, rara vez nos hacen contemplar que no existe ningún cambio externo que nos pueda llevar a otro puerto, sin la revisión de todos los aspectos y detalles de cómo vivimos nuestro día a día.
La clave de lo que nos debe de interesar es qué se requiere para mantener la movilidad a lo largo de nuestra vida.
Si bien escuchamos con frecuencia que es el ejercicio lo que nos mantiene saludables, debemos extender la definición de ejercicio a un nivel en el que podamos apreciar el impacto del tipo de movimiento que está incluido en nuestro repertorio de acciones, y sobre todo, qué tanto se extienden los beneficios de nuestra actividad cotidiana a como nos movemos en nuestras acciones, en cómo caminamos y en cuánto incluimos el juego o la espontaneidad en nuestro día a día.
Todo movimiento que sea enseñado con conciencia debe estar dirigido a concientizarnos de cuales son los hábitos de movimiento se encuentran empobrecidos en nosotros, que acciones debemos realizar para vivir ágilmente.
El movimiento humano es generado dentro de un campo de micro y macro movimientos. El ejercicio, en general, está enmarcado en macro movimientos.
Los micro movimientos son de gran relevancia para conservar y mejorar funciones, para aliviar dolores, y sobre todo, para recalibrar al sistema nervioso.
Es el movimiento el que tiene el potencial de estimular los muchos receptores que se encuentran en la fascia. Estos receptores son responsables del equilibrio, es decir los propioceptores e interoceptores, quienes nos otorgan la capacidad para tener acceso a experimentar una gran variedad de sensaciones.
Los micro movimientos fundamentalmente ocurren en movimientos articulares que son críticos para mantener la función completa del cuerpo.
Si los micro movimientos se restringen en áreas como el pie, el pie se adaptará a moverse sin tanta precisión, causando una ineficiencia tanto en la marcha del movimiento como en todas las cadenas musculares ascendentes, a lo largo del cuerpo.
-Rosemary Atri