En las clases de Vitalidad Somática® ponemos un énfasis especial en reconocer lo que sentimos, en saber que nuestro sentir es nuestro recurso mas poderoso. Las emociones son el colorido y el sabor de la vida. El sentido del movimiento, explorado desde distintas perspectivas nos conecta plenamente con nuestra respiración y nos ofrece un camino de auténtica conexión con la plenitud de la vida. Reconocer nuestro sentir, habitar el territorio de nuestras emociones es el recurso fundamental que tenemos para sanar, para evolucionar, para sentirnos guiados por la vida.
Aprendamos a usar la inteligencia de nuestro cuerpo para disolver todas esas creencias que nos limitan, aquellos hábitos que nos restringen y los patrones adictivos que nos impiden reconocer nuestro auténtico potencial.
Vivir plenamente comprende seguir teniendo acceso a la capacidad expresiva de nuestro cuerpo, es decir, saber colaborar con nosotros mismos para poder estar libres de enfermedades crónicas, o limitantes y tener energía disponible para continuamente colaborar con nuestra propia evolución.
La salud está fundamentalmente relacionada con nuestra capacidad para adaptarnos a los múltiples cambios que nos presenta la vida, incluidas las distintas etapas de la vida, y sus demandas.
La fascia, reconocida hoy en día como el mayor órgano sensorial del cuerpo, nos revela la importancia que tiene el movimiento corporal, ya que nos ofrece una dimensión de entendimiento mucho mayor sobre la riqueza de nuestro territorio somático.
Si bien estar en forma es muy valioso, la funcionalidad comprende algo que va mas allá de una mirada mecánica; significa reconocer que movernos expresivamente, nos otorga una riqueza de sensaciones que se traducen en el lenguaje a través del cual la vida se comunica con nosotros.
Reconocer que existe una retroalimentación constante entre el medio ambiente interno de nuestro cuerpo y la información que nos ofrece el exterior, a través del mundo de los sentidos, nos conduce a comprender la importancia de prestar atención a esa inteligencia viva que reside en nosotros, para constantemente acceder a como restablecer el equilibrio sensorial, biológico y emocional para el que estamos diseñados.
Al igual que un mapa interactivo nos permite conocer el territorio por donde nos desplazamos, y poder elegir las vías mas funcionales y directas, el sistema miofascial nos permite conocer nuestro mapa corporal, para ser guiados hacia una mayor riqueza, organización y gozo de la experiencia de estar vivos.