El Yoga del Espacio Corporal

Moverse ágilmente es nuestro derecho, no solo un privilegio, el cual damos por hecho que tendremos que perder tarde o temprano. En realidad, todos tenemos el potencial de despertar y sentirnos activos y llenos de vitalidad, con una energía capaz de mantenerse armónica a lo largo del día, para poder finalmente cerrar nuestra jornada amablemente con un descanso reparador.

Cuando sabemos administrar la fuerza vital a lo largo de nuestra vida cotidiana, somos capaces de reconocer el sentido de nuestra existencia, o lo que en yoga conocemos como realizar nuestro dharma.

Vivir cómodamente en nuestro cuerpo, comprende tener una relación activa con la gravedad, mantener un buen arraigo y saber usar siempre la propulsión desde un cuerpo centrado. Si mantienes la biointeligencia corporal, todas estas habilidades no tienen porque perderse a lo largo de la vida.

La manera en que nos movemos, proyecta quienes somos, refleja como nos presentamos ante los demás, como negociamos con el otro desde lo mas sencillo hasta lo mas complejo, desde lo familiar hasta lo profesional.

Una buena mecánica corporal influye en nuestra salud y bienestar, no solo estructural sino fisiológica. Los órganos, glándulas, y demás sistemas se mantienen mas sanos cuando hay espacio interno.

A lo largo de nuestra vida, el cuerpo se ve, constantemente sometido a caídas, golpes, tirones, tensión, fatiga, vicios posturales, y traumas psico-emocionales. Esto nos lleva a presentar una serie de asimetrías, desequilibrios e incluso deformaciones estructurales. Los síntomas pueden ser diversos, pero frecuentemente conllevan a poca vitalidad, dolor de espalda, tensión persistente y diversas señales sobre el desequilibrio, la tensión y el esfuerzo mecánico, e incluso metabólico, excesivo.

Cuando, por el contrario, nuestros músculos trabajan en armonía, nuestras articulaciones están libres y bien equilibradas, y como consecuencia de ello, nuestros órganos habitan cómodamente en los espacios internos del cuerpo, pudiendo interactuar entre sí de una manera coordinada, tenemos a nuestra disposición toda nuestra vitalidad. Esa interacción armónica, puede ser descrita como tensegridad entre todos los componentes del organismo, y ello nos permite habitarnos desde el espacio corporal.

A través de este trabajo corporal-somático aprenderás a reordenar tu propio cuerpo. Descubrirás que cuando estás en mejor forma estructuralmente, estarás mas preparado para tolerar la tensión física, tu mente estará mas alerta y despierta, serás capaz de enfrentar mejor las situaciones que presentan estrés; tendrás mayor equilibrio emocional y serás menos propenso a lesiones.