Cuando no sabemos de dónde viene nuestro soporte, recurrimos a detenernos.”
Uno de los mas importantes principios del trabajo somático es el reconocimiento de que el soporte precede a la acción.
Aplicado a la práctica de yoga, se refiere a preguntarnos: ¿De donde viene nuestro apoyo en estos momentos?
La respuesta a esta pregunta es una oportunidad para despertar una curiosidad activa a nivel cuerpo-mente, que nos ayuda a descubrir la relación que existe entre nuestro movimiento y el medio ambiente, en búsqueda de las sensaciones tangibles de soporte que puede encontrar nuestro cuerpo en movimiento.
La necesidad de encontrar el soporte antes de embarcarnos en un movimiento, ya sea físico, mental o emocional, es una de las mas esplendidas aportaciones que nos brinda las escuelas de Body Mind Centering y la Body Mind Movement.
El principio de soporte precede a toda acción integrada, y es la base de un desarrollo óptimo en la vida. Cuando nos sentimos sostenidos, podemos crecer y madurar, en todos los niveles. La expresión física y el desarrollo auténtico de una vida interior, están fuertemente relacionados.
El movimiento auténtico es un movimiento integrado, y para serlo requiere la identificación de sus puntos de apoyo. Esa identificación nos permite involucrarnos plenamente en la acción.
Si le damos importancia al aparentemente simple acto de soltar nuestro peso hacia la tierra, antes de iniciar cualquier acción, descubriremos que el movimiento de nuestras piernas, nuestra columna y nuestros brazos, adquieren una cualidad de continuidad sostenida.
Podremos encontrar una receptividad por parte del espacio que nos rodea, saborearemos el papel que juega nuestra estructura musculo-esquelética, y estaremos siendo motivados por el deseo de expresión, que nos conduce a un estado mental de quietud.
El soporte comprende una realidad multifacética, basada en la experiencia y en el conocimiento de que podemos confiar en nosotros y en lo que sentimos.
Existen muchos tipos de soporte a nuestra disposición. Uno de ellos es la gravedad que nos mantiene en conexión con la tierra. Un segundo soporte es nuestra propia respiración. La comida, y en especial el acto de nutrirnos, es también un acto de soporte. El espacio físico donde habitamos es un valioso referente para sentir el soporte. Nuestros seres queridos, nuestros amigos y nuestra comunidad son una valiosa fuente de soporte. Y, desde la perspectiva yóguica nuestro campo pránico es la expresión del vasto campo de la conciencia que representa nuestra propia naturaleza.
El soporte es producto de la comunicación y se manifiesta multidirecionalmente. Cuando exploramos el soporte, expresándose en nosotros y en nuestra vida, solo puede darse cuando nos sentimos en relación.
Sentir soporte implica reconocer lo que nos rodea, ser conscientes y estar presentes a los elementos que nos aportan dicho soporte. Recibir soporte no es unidireccional y nunca es una experiencia estática. En toda situación donde sentimos soporte, nosotros también somos recíprocos; siempre involucra una relación activa.