Texto inspirado en “The Heart of the Yogi”
de Doug Keller
El ego es descrito en yoga como ahamkara, que significa “el hacedor del yo”.
Comprende la forma de auto-conciencia por medio de la cual se define o “construye” nuestro sentido del ser, en relación al mundo. En otras palabras, como individuos, nos conocemos a nosotros mismos por medio de la relación con los demás, y por medio de aquello en lo que somos eficientes y logramos, y esa suele ser la esencia de la conciencia del ego.
El ego no es malo necesariamente; simplemente es limitado y limitante en como este “Yo” se define a sí mismo.
El mundo objetivo es el medio por el cual el ego se auto afirma. Por medio de actuar en el mundo, el ego vive en el reino de la causa y el efecto, busca resultados, y ama tomar crédito por esos resultados como si fueran logros propios.
La experiencia mística del Ser amenaza todo aquello que el ego es y defiende, ya que la experiencia del Ser en su pureza, completa e integral y separada de cualquier referencia al mundo o de acuerdo a las acciones o intenciones y deseos individuales. El ego no puede ser encontrado en dicha experiencia, y protesta amargamente y lleno de miedo cuando se inicia la búsqueda mística.
El ego y la vida mística viven en universos paralelos. El ego se vanagloria de experimentar la dicha, pero la dicha que experimenta el ego no es mas que un insignificante destello de la dicha que puede experimentar el Ser.
Satchidananda desde el ego es definido así:
Sat-Verdad significa hacer, mientras que para el Ser, significa el estado mismo de “ser”.
Chid-Conciencia comprende para el ego estar consciente de las relaciones vistas desde el mundo objetivo, mientras que para el Ser significa la conciencia de existir.
Ananda-Dicha para el ego es el regocijo del poder que lo lleva a sus logros en el mundo material, mientras que desde el Ser no hay una búsqueda externa de satisfacción, sino un referente interno de dicha como estado en si mismo.